La Iglesia Católica celebra cada 6 de febrero la memoria de San Pablo Miki, el primer sacerdote jesuita japonés, y de sus compañeros.
San Pablo Miki
En la época en que había una fuerte persecución a los cristianos católicos en Japón, el entonces sacerdote San Pablo Miki y sus compañeros defendían su Fe por encima de todo, teniendo que presenciar diversos momentos de dolor y sufrimiento.
Nacido en 1564, Miki era hijo de padres ricos. Luego, ingresó al colegio jesuita en Anziquiama, Japón. Al alcanzar la fase adulta, se ordenó padre jesuita, siendo el primer japonés de la compañía.
En aquel tiempo, debido a la conquista de Corea por España, el Japón entonces comenzó una persecución contra todos los cristianos occidentales.
Siendo así, Pablo Miki y otros jesuitas y laicos acabaron presos, recibiendo la sentencia de pena de muerte y siendo crucificados en Nagasaki, en 1597.
Ya considerado mártir, San Pablo Miki fue canonizado en 1862 por Pío IX. Cinco años después, fueron beatificados los compañeros jesuitas del santo japonés.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org.