¿Y estos quiénes son...?
Ya sabrán más adelante...
Pero, ¿¡este el Río Paraguay!?
Sí señor.
Pero... ¿qué hacen nuestros hijos ahí?
Calma..., ya lo sabrán...
El sábado pasado, las actividades del Centro Juvenil fueran trasladados para un lugar muy especial.
Estuvimos en la quinta de la flia. Talavera en Remansito.
Como de costumbre, todo empezó con la Santa Misa, que fue celebrada por primera vez en esa propiedad.
El coro y orquesta no podían faltar en esta inolvidable ocasión.
Los dueños de casa acompañaron con mucha devoción y emoción ese día histórico para ellos.
El P. Joaquín Fernández, sacerdote heraldo de la India que está de paso por Paraguay, celebró la Santa Misa. Comentó que los ángeles que bajaron del cielo para acompañar esa misa, ya se quedaban en la propiedad, y que esta presencia angélica mejoraría todavía más el ambiente.
Al final, en agradecimiento a la flia. Talavera, el P. Joaquín en nombre de los Heraldos, les regaló una hermosa tela indiana.
¡De la Misa a la mesa!
Con mucho esmero, nos prepararon unas riquísimas hamburguesas.
Algunos repitieron... ¡uhmm!
y otros tripitieron...
También un sabroso arroz con leche de postre.
Además de la ensalada de frutas.
Uhmm... ¡hetereí!
Algunos valientes y experimentados marinos, se lanzaron a remar en las aguas de nuestro caudaloso Río Paraguay.
Otros también querían subir en el barco...
...pero quedó para la próxima vez.
El juego de la bandera en la orilla del Río Paraguay, dio un aire especial de aventura.
Comenzando con la oración, y después...
... ¡al ataque!
Terminado el juego, pasamos a la charla sobre el descubrimiento y evangelización del Paraguay.
Nada más y nada menos que nos vino a ilustrar la charla el fundador de la ciudad de Asunción: Juan Salazar y Espinosa, que nos hizo revivir aquél momento histórico del día 15 de agosto de 1536.
Para que comprendan el papel de los jesuitas en la evangelización de Paraguay, fueran representadas algunas escenas. En esta, S. Francisco Javier, a camino de la India, convierte a un gran jugador de ajedrez llamado Vicente López. Un pecador empedernido, que apuesta con el santo: "si pierdo el partido, me confesaré contigo..."
Bueno, un día de esos, contaremos a los papás esa interesante historia con más detalles.
Y para terminar, fue contado también cómo se fundaron las Reducciones Jesuíticas en Paraguay, resaltando la vocación de San Roque González de Santacruz, que consagró toda su vida a evangelizar a los indígenas, hasta derramar su propia sangre como mártir.
Y antes de regresar a Asunción, una súper merienda.
Hacía frío, y nuestros anfitriones tuvieron la delicadeza de prender la chimenea.
Muy agradecidos a la flia. Talavera, el coro de la Aurora más los futuros miembros del coro, les ofrecimos una linda canción a la Virgen para cerrar esa bendecida jornada.
El P. Joaquín tenía razón. Los ángeles se quedaron en la quinta; y nos despidieron con este maravilloso atardecer.