La gran familia de los Heraldos del Evangelio en Paraguay celebramos, en un ambiente de gran alegría, una misa de acción de gracias por el inicio de la construcción de la iglesia.
Como ocurre ya en muchos otros lugares del mundo, esta iglesia, construida de acuerdo con el carisma propio de la Congregación, será un lugar privilegiado para el culto a Nuestro Señor, a la Santísima Virgen y para evangelización del pueblo de Dios a través de la belleza de la arquitectura, de la liturgia, de los sacramentos, del canto, etc...
Amigos, colaboradores, terciarios, familiares y vecinos nos unimos en esta maravillosa eucaristía repleta de acción de gracias, de recogimiento y de alegría por las maravillas que va haciendo la Divina Providencia y que han permitido llegar a este momento feliz del inicio de la ejecución de este gran proyecto.
El coro cantó de maravilla. ¿Ya se imaginan esas voces sonando bajo las bóvedas de la iglesia?
A pesar de las previsiones, el tiempo acompañó con su frescor la celebración.
El P. Rafael presidió la celebración junto con el P. Rubén, el P. Kirthan y el nuevo sacerdote paraguayo P. Hugo, que esa misma noche volvía al Brasil de donde esperamos regrese dentro de poco... para quedarse.
Más de 300 personas nos acomodamos dentro de la carpa que de momento hace las veces de capilla, pero que ya nos hace soñar con la futura iglesia.
El P. Rafael agradeció y recordó especialmente a todos los que, con tanto sacrificio, están haciendo realidad este proyecto.
A continuación, y sin que la lluvia nos molestase mucho, disfrutamos de un compartir y asistimos a un video resumen del carisma de los Heraldos y su apostolado en Paraguay.
Nuestro querido Paí Pukú.
Mucho entusiasmo y deseo de llevar adelante este gran proyecto.
Algunos invitados mostraban su sorpresa al ver los progresos y mejoras que últimamente se han realizado en la Casa Sagrada Familia para atender mejor a la formación de los jóvenes alumnos del Colegio Heraldos.
Demos gracias a Dios y a su Madre Santísima.
Que todo sea para su mayor gloria, servicio y bien de todos los hombres de buena voluntad.