Mientras algunos de la retaguardia continuaban la vigilia, que de manera ininterrumpida se realizó durante toda la noche delante del Monumento, otros cantaban el Credo para dirigirse al desayuno.
La mayoría de los participantes ya habían pasado varias horas rezando durante la noche ante el Santísimo. Tal vez hayan sido los momentos más bendecidos del campamento, por lo menos hasta que hicimos el Via Crucis.
Un juego para muchos nuevo: el Mariscal.
Pasamos por todos los cargos posibles del ejército: desde soldado raso hasta general, pasando por todas las posibilidades intermediarias, como capellán castrense, pero pocos llegaron a mariscal... y hasta hubo golpes de estado...
Tras semejante esfuerzo bélico, se imponía un almuerzo de vigilia cuaresmal: un potaje y pescado a la parrilla: un surubí delicioso.
Solamente los mayores de 14 están obligados a la abstinencia de carne, pero todos aceptaron el "sacrificio" de comer el surubí. A partir de los 18 sabemos que nos obliga también la ley del ayuno.
Alrededor de las 15 horas dio inicio la ceremonia de la Adoración de la Santa Cruz.
Muchas familias se acercaron a participar del impresionante y serio ceremonial que corresponde para celebrar el momento de la muerte del Señor.
Tras las lecturas, se cantó la Pasión.
Después de la oración universal, nos acercarnos, con el espíritu compungido por la maldad de nuestros pecados, a adorar la santa Cruz.
Comulgamos y recibimos la bendición solemne del día, a la espera de la Resurrección.
Un impresionante silencio reinó alrededor de la cruz.
Una frugal merienda para los pequeños y enseguida la reunión sobre...
¡El Juicio particular y el Juicio final!
Teatros sorprendentes: la parábola de los talentos...
Santo Tomás de Aquino en la Sorbonne...
Y el Juicio Final: verdaderamente espectacular.
En la cena todos comentamos las impresionantes lecciones aprendidas en esta reunión tan original.
La luna llena brillaba ya alta en el sereno firmamento cuando empezamos la oración.
Acompañamos al Señor y a su Madre dolorosa amando cada paso de sus sufrimientos y deseando unirnos a ellos aportando nuestro pequeño esfuerzo: unas llevando las andas de la Virgen, otros las antorchas, otros llevando la cruz que levantaremos en el jardín, otros tocando sus instrumentos, otros andando con dificultad por varias enfermedades por medio de los jardines, etc, etc.
Fue una verdadera gracia poder ofrecer al Señor un poquito de nuestro propio sacrificio.
¡Ya la cruz subió sin problemas gracias al esfuerzo y oraciones de todos!
¡¡¡Mil gracias y bendiciones para todos los que trabajan en la retaguardia con tanta dedicación!
Impagable es su labor y sobre todo el cariño con que lo hacen.
Listado de voluntarios del Viernes Santo:
Carmen Martínez, Familia Meza, Familia Casco, Familia Rojas, Familia Ramírez, Familia Márquez, Familia Salcedo, Familia Hoffman, Sra. Mabel Sosa, Sra Gilda de Cañete, Sra Eloísa, Sra Carmen, Sra Angélica Cáceres, Sra Lilian Invernizzi y la profesora Patty.