Una verdadera obra maestra dde arquitectura gótica es la Catedral de Curitiba.
Después de adorar al Santísimo Sacramento y admirar la vidrieras dedicadas a la Eucaristía, nos acercamos al Altar Mayor para venerar la imagen de Nuestra Señora de la Luz, patrona de la ciudad.
Recorrimos las naves de la iglesia y veneramos hasta reliquias del Papa Juan Pablo II. Después nos dejaron las llaves del coro y pudimos ver una parte del edificio que ningún turista puede recorrer. Son los pasadizos secretos que nos llevaron por los lugares más insospechados:
Los deambulatorios...
El órgano de tubos impresionante... que no pudimos tocar aunque lo intentamos porque no funcionaba el sistema eléctrico. Es que uno de los heraldos que nos acompañaba es organista en la catedral cuando hay ceremonias como el Primer Sábado.
Hicimos de relojeros...
Y campaneros...
De cuidadores de las vidrieras...
Y recorrimos lo más alto de la catedral desde una altura de vértigo maravillosa.
Bajamos de nuevo por un túnel secreto y volvimos a la calle.
Una visita inolvidable...
Algunos querían entrar en el club de ajedrez de la ciudad, pero estábamos con prisa para ir a ver más lugares llenos de historia y belleza. No se pierdan en el próximo post... no apto para cardiacos: andando sobre el abismo.