El miércoles 7 de agosto, ingresamos con la Virgen Peregrina en el recinto de seguridad para encontrarnos con los más de 150 internos de entre 14 y 18 años.
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
El acto comenzó con la entrada solemne de la Imagen Peregrina y la Coronación que realizó el Director junto a uno de los internos que colocó el rosario en las manos de la Virgen.
El animado concierto fue seguido con gran atención y participación de los jóvenes que, por ejemplo, coreaban con olés el pasodoble "El gato montés", o acompañaban con palmas algunas polcas paraguayas.
El número de percusión causó sensación, hasta el punto de que, al final del acto, se improvisó una clase para varios voluntarios que tocaron con gran entusiasmo.
La Santa Misa atrajo las bendiciones de Dios para sus hijos más necesitados de misericordia y fue acompañada con enorme atención y respeto.
Al final, los chicos quisieron acercarse a la Virgen que recibió a todos con la bondad de una madre que sabe perdonar siempre, ayudar y animar a sus hijos a mejorar su vida.
Los muchachos recibieron una estampa bendecida como recuerdo de la visita.
A la salida, el Director destacó el impacto positivo del testimonio de los jóvenes heraldos, y agradeció nuestra disposición para seguir colaborando en la formación espiritual y la reinserción social de los jóvenes internos.
"Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." (Mt, 25, 35-36)
Allí nos esperaban el capellán del Centro P. Tomás Mendieta, Párroco de San Bernardino y D. Osvaldo Zaracho, Director del Centro.¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." (Mt 25, 39-40)
El acto comenzó con la entrada solemne de la Imagen Peregrina y la Coronación que realizó el Director junto a uno de los internos que colocó el rosario en las manos de la Virgen.
El animado concierto fue seguido con gran atención y participación de los jóvenes que, por ejemplo, coreaban con olés el pasodoble "El gato montés", o acompañaban con palmas algunas polcas paraguayas.
El número de percusión causó sensación, hasta el punto de que, al final del acto, se improvisó una clase para varios voluntarios que tocaron con gran entusiasmo.
La Santa Misa atrajo las bendiciones de Dios para sus hijos más necesitados de misericordia y fue acompañada con enorme atención y respeto.
Al final, los chicos quisieron acercarse a la Virgen que recibió a todos con la bondad de una madre que sabe perdonar siempre, ayudar y animar a sus hijos a mejorar su vida.
Los muchachos recibieron una estampa bendecida como recuerdo de la visita.
A la salida, el Director destacó el impacto positivo del testimonio de los jóvenes heraldos, y agradeció nuestra disposición para seguir colaborando en la formación espiritual y la reinserción social de los jóvenes internos.