Llegamos a Caaró, lugar de martirio de San Roque Gonzalez de Santa Cruz, y nos dispusimos a visitar las diferentes localizaciones de las Reducciones Jesuíticas del Brasil.





San Lorenzo Mártir, donde encontramos un árbol que había levantado las piedras del muro con él, como queriendo construir y levantar lo que los hombres destruyeron por odio a la fe.
San Miguel de las Misiones, con su catedral restaurada para dar idea de la magnificencia del edificio y de la obra de las reducciones jesuíticas.
Rezamos el rosario contemplando lo que restó de lo que en otra época tan grandes glorias dio a Dios.
Por la noche asistimos a un espectáculo de luces y sonido en el que narraba la formación, desarrollo y destrucción de las reducciones.