Este lunes ha sido un día histórico para más de uno y más de dos de los paraguayos que están pasando sus últimos días en Sao Paulo después de participar del Curso de Vacaciones.
¡Pudieron conocer el mar bien de cerca!
Estas impresionantes y kilométricas playas fueron bendecidas por la presencia de valerosos y santos misioneros en la época del descubrimiento del Brasil por los portugueses: los Padres jesuitas San José de Anchieta y Nóbrega pasaron mil aventuras sobre estas arenas intentando evangelizar a los feroces y desconfiados indios tamoios y tupinambás.En una de estas playas, mientras estaba prisionero, el P. Anchieta, compuso su famoso Poema a la Virgen, escrito sobre las cambiantes arenas. Liberado por fin, pudo recordar sin dificultad los 6.000 versos que lo componen y hasta hoy en día nos entusiasman.
Rezamos y... ¡¡¡al agua!!!
Las reacciones fueron de lo más pintoresco: "Esta agua no sabe rico" decía uno, mientras otro chocaba por primera vez con la fuerza de las olas y más allá alguno gritaba al encontrar un cangrejo o caracol...
El agua estaba en la temperatura ideal y, aunque no hacía sol directo, nos pusimos colorados por pasar tantas horas en el agua y en la arena jugando.
Pasamos casi 4 horas en remojo y se pasaron volando.
Luego... a reponer fuerzas...
A algunos se les agotaron del todo las baterías...
Organizando las últimas adquisiciones: unos estupendos rosarios de piedras.
Protegiéndose del sol y del fotógrafo, tal vez para que su mamá no vea que se olvidó los champions y está usando zapatos...
Nuestra improvisada mesa...
Un parapente que pasa.
Todos cansados, pero contentos y satisfechos con los ricos sanwiches y bananas compradas por el camino.
A la vuelta pasamos por el parque natural de la mata atlántica por donde bajan impresionantes cascadas.
Y al llegar... una reparadora y maravillosa cena preparada con todo cariño por Dña. Sandra y D. Paulo... ¡Hacen milagros! Pues consiguieron devolvernos el ánimo para una conversación recordando los episodios vividos. Tres postres a cada uno más rico: tarta de naranja con guayabada, arroz con leche y otro (cuyo nombre no me acuerdo) típico del nordeste hecho con coco, maní y maíz blanco... ¡caprichado!