Las niñas participaron con gran
compenetración de los cortejos que se realizaban en cada comida, ¡junto con
casi 600 congresistas!
Matando saudades con María Paz, la paraguaya que
vive en Mater Castíssima.
Conviviendo con gente de todo el mundo…
¡Qué dulzura, qué delicia, convivir las hermanas
unidas!.jpg)
Profundizaron con ánimo y muy buena
disposición en la parte militar del carisma de los Heraldos…
Los teatros, representados con una
maestría admirable, imprimieron en las almas principios morales que les
servirán para toda la vida… El final de la historia de Valentina, lo contaremos
personalmente…
¡Incluso ayudaron a servir la mesa con
gran prontitud!
La ceremonia de encerramiento del
congreso, constituida por marchas y proclamaciones sobre Nuestra Señora, Madre
y distribuidora de todas las gracias, ¡daba la impresión de un ejército de
Ángeles marchando!
Los propios personajes de los teatros
distribuyeron los recuerdos de este bendecido congreso: ¡una linda medalla del
Ángel de la guarda!
Y tuvieron la bondad de fotografiarse
con las paraguayas.
¡Incluso el personaje principal!