El Domingo de Resurección vivimos la serie de teatros más interesante...
San Benito, Santo Domingo, con sus respectivos discípulos; San Ignacio de Loyola con San Francisco Javier y (por licencia del guionista) San Roque González de Santa Cruz; San Juan Bosco con San Miguel Rúa. Todos ellos muestran, con sus carismas propios, que la felicidad está en seguir a Nuestro Señor Jesucristo y dar la vida por los demás.
Es la aplicación de la gracia recibida por la Redención de Nuestro Señor Jesucristo: "Id y haced discípulos a todos los pueblos" (cf. Mt 28,19).
Y como recuerdo del Campamento cada uno de los participantes recibió un crucifijo bendecido que le recordará para siempre las gracias recibidas en estos santos días.
La misa de las familias fue acompañada por un radiante sol que parecía festejar, junto con los músicos, las flores y el incienso la gloriosa Resurección del Señor.
La homilia del P. Kirthan llevó hasta el auge nuestro entusiasmo por vivir de verdad como católicos toda la belleza de una vida llena de fe que acabará, no en la muerte, sino en nuestra propia resurección. ¿Se acuerdan de las propiedades de los cuerpos gloriosos resucitados?
Recibiendo la bendición...
Y no estaríamos en Paraguay si no festejáramos por todo lo alto con un superalmuerzo...
Cada familia se esmeró en preparar los más deliciosos platos...
Y, como siempre, el equipo de servidoras y servidores dando ejemplo de alegría.
Entre el personal que más ayudó al éxito de este campamento hay que hacer una mención especial a los militares del arma de Ingenieros que montaron las dos excelentes carpas que nos cobijaron de las inclemencias del tiempo.
Que Dios y la Virgen Santísima les paguen sus generosos esfuerzos y dedicación: de modo especial pedimos la bendición para el Gral. de Brigada D. Alberto Domínguez y sus directos colaboradores que hicieron posible esta importante y fructífera colaboración.
¡¡¡Feliz Pascua Florida !!!